El primer encuentro de la Comunidad NER se celebró el fin de semana del 10, 11 y 12 de enero de 2020 en Bizkaia, entre las montañas del valle de Arratia y las de la comarca de las Encartaciones, con el cuartel general en el Hotel Amalurra (Nombre en euskera que en castellano quiere decir “Madre tierra”).

Toda una declaración de intenciones para una comunidad que pretende demostrar que otra manera de relacionarse es posible, más en conexión con la vida de las personas y lo que las rodea.
KomuNERs llegadas y llegados desde diferentes lugares del mundo, con mayoría de procedentes de los cuatro puntos cardinales de la península ibérica (De Cataluña a Portugal, de Euskadi a Andalucía, pasando por una numerosa representación madrileña) alguno de un poco más al norte (Baiona) o al Sur (Marruecos) y otros de considerablemente más lejos como Israel o Sudamérica.

El viernes comenzó el encunetro con una inspiradora visita a Walter Pack, una empresa situada en Igorre (Bizkaia) donde pudimos conocer de primera mano la experiencia NER de una de las empresas pioneras que incoporó el Nuevo Estilo de Relaciones a su ADN hace 15 años.

El sábado fue el momento para conocernos (maravilloso y en ocasiones desternillante primer ejercicio sobre el origen de nuestros nombres y posterior primera iniciativa por grupos) y seguir conociendo experiencias NER desde otro punto de vista. Primero «entrevistamos» a Atzio Orexa coordinador del equipo de compromiso con la Sociedad de NERGROUP Nos habló de su actual función y también nos contó su evolución personal desde que se implantó NER en su anterior trabajo en Urtxintxa.
Luego «un tal» Koldo Saratxaga 🙂 (La K de todas las salsas, de todas las montañas… y de KomuNER) nos llevó a transitar por la parte más personal y emocional de nuestra vida, y a hacernos reflexionar sobre cómo los conceptos más elevados siempre nos aterrizan en cada persona que es única, y nos acompaña aquí y ahora.
Y tras el almuerzo, fue el turno de Miquel, Dunia, Horacio, Vincent y Laura que compartieron experiencias en todo el mundo con implantaciones de NER en distintos niveles de maduración, y otras iniciativas y formas de trabajo autogestionado y colaborativo.

Los juegos y la meditación del sábado por la noche y el domingo por la mañana (con la escarcha y sol, aunque bajo cero) fueron la pista de despegue que mejor pueda haber para dar forma a KomuNER. Hablamos sobre propósito, la nueva web de la comunidad, un logo, la expansión a todo el mundo de la Comunidad o el «reparto de la abundancia», junto con otras ideas complementarias a NER como la Holacracia o la cultura Agile.
Y tal y como nos recibieron, las montañas y la madre tierra que nos acogió, nos despidieron no sin antes dejar entre todos y todas el recuerdo imborrable del tiempo compartido y la sensación de que estabamos participando en algo que puede llegar a ser útil para mejorar la vida de las personas y, aunque sea un poquito (o mucho), nuestro propio mundo.
Y todo mientras se oía en diferentes momentos y corros «esto hay que repetirlo» 😉